martes, 22 de febrero de 2011

Pericos color de púrpura.





15°1 ...8′N 61°23′W

El corazón no se gana, se pierde, sino que chiste.

Apostaron sus cañones a babor, dejaron que la neblina les cubriera la faz, al escuchar al enemigo cruzar frente a ellos, desataron la furia. Estruendos y astillas, gritos y aullidos, lamentos y dolor, pasados cinco minutos de sanguinario cañoneo el sol volvió a salir... y no había nadie.

No había barco, había nada. Habíamos atacado un fantasma. La tripulación se pone nerviosa

¿Eran muertos o demonios?

El artista del mar nos pide calma. Respirar es difícil, arden los pulmones, la boca seca. Tarde nos enteramos: eramos nosotros.

Mientras recogemos nuestros cuerpos, nos bañamos en sangre y partimos con el destello verde, nuestra voz ya vuela en el viento, no es más que un recuerdo que no volverá.

Pericos color de púrpura cruzan el horizonte, luna llena desplegando fuego que no quema, raro, juraría que estábamos vivos. Malditos, navegamos. Arcoiris blanco, zombies en la jungla, tesoro perdido en algún lugar de esta isla. Altamar.