jueves, 9 de febrero de 2012

La paz se vende… pero ¿quién la compra?


Estamos leyendo el número especial de Wallpaper dedicado a sus premios del 2012. En el premio dedicado a la mejor colección de automóviles se encuentra una imagen de Lapo Elkan regodeándose en su Ferrari camuflado, si, con el infaltable verde olivo y patrones que lo hagan invisible a la vista del enemigo. Elkan ha llevado su gusto por lo autos a un nivel extremo; tiene el dinero, el poder y los contactos para cumplir lo que ni la misma Ferrari puede conceder en cuanto a transformar o pintar modelos al gusto de clientes caprichosos y excéntricos. Si le damos una segunda mirada a la foto, nos encontraremos que en un costado, el símbolo de la paz se funde con el auto. ¿Qué demonios hace aquel viejo logo hippie en un auto preparado para la guerra? La pregunta es técnicamente imposible de contestar, pues ambos conceptos (paz y guerra) conviven en una dicotomía que sigue la lógica de la vieja Guerra Fría; hay que proteger la paz mundial con un infinito arsenal de armas nucleares.Y es aquí donde el circulito con una cruz que parece más la patita de un gallo, toma parte en nuestra historia pues fue el diseñador Gerald Holtom quien en 1958 basándose en alfabetos de señales con banderas, diseñó el logotipo oficial por el desarme nuclear.El símbolo de la paz está bastante OUT por decir lo menos a pesar de todo; el tiempo en que se generó no existe más, sin embargo, la amenaza nuclear sigue tan viva como en el siglo XX. Y como mencionara la vieja y ochentera rola de los Megadeth, “¿Puedes ponerle un precio a la paz? la paz vende, la paz vende… se vende… ¿pero quién la compra?”. El planeta se inunda de armamento y la industria bélica florece, pero la pregunta flota pesadamente en el aire tóxico de una civilización decadente, pues a decir de Obama: “Habrá momentos en que las naciones – solas o en conjunto- encontrarán que el uso de la fuerza no solo es necesario sino moralmente justificable”. Entonces parece ser que lo verdaderamente caro y raro no es un carro de lujo al gusto de un magnate, no, es el amor que nos conduzca a vivir en paz, y nadie parece estar dispuesto a pagar ese precio…bueno, yo si, a mi deme dos, uno con todo y el otro sin pelos. Peace out bros!!!